Hace como un año que me bajé esta película (si, me bajo películas) y ha estado en mi carpeta durante todo este tiempo. Resultaba que nunca era el día adecuado para verla, no estaba de humor, no tenía ganas, ni tiempo. Al final hoy me he decido a verla, por fin.
La película en sí tiene sus carencias y quizás no sea un peliculón (en el sentido gráfico-visual-narrativo); pero a mi ha parecido acojonante. Y valiente. Es dura sin caer en imágenes sangrientas (que podría haberlas y muchas). Trata uno de los peores episodios de la historia, un genocidio entre vecinos, solo por ser Tutsis o Hutus. Una diferenciación que se «inventaron» los belgas, pero que no se sostiene. Los Tutsis eran mal altos y mas elegantes y decidieron hacer de ellos una etnia superior, por lo que les daban los mejores trabajos por ejemplo. Los Hutus eran algo más bajitos. En la película hay un dialogo donde queda muy clara la absurdidad del conflicto (más o menos):
– Y entonces como sabían quién era Tutsi o Hutu? – Pregunta un periodista internacional.
– Simplemente elegían a gente.- Responde un Hutu.
La película narra la situación de Rwanda durante 1994, cuando la milicia Hutu decide vengar los años de represión matando (a golpe de machete) a todo Tutsi que encuentran por el camino. Mataron al 80% de la población Tutsi de Rwanda. El protagonista de la película, un Hutu casado con una Tutsi, es una especie de Schindler pero a lo africano, que lucha contra todo para salvar a los refugiados que acoge en el hotel que regenta y a su familia. En la película se refleja muy bien el pasotimo que hubo en el resto del mundo y que no recibieron apenas ayuda de nadie. La ONU, como tantas otras veces, no sirvió para mucho (aunque en la película si les retratan algo más heroicamente).
Lo que no cuenta el filme es que la guerra duró varios años, que la matanza de Tutsis se convirtió también en la matanza de Hutus; y acabó siendo un genocidio para las dos partes.
Resumiendo, una película recomendable para quién le interese la historia del conflicto. Pero prepararos para derramar alguna lagrimilla.